La luz puede influir en la decoración, arquitectura e incluso hasta con nuestro estilo de vida y con nosotros mismos. Ahora con la iluminación inteligente, podemos crear diferentes escenarios que le den un mayor dinamismo a nuestros espacios.
En un espacio interior diseñamos pensando en el perfil de usuario. Para así, solucionar una posible problemática del espacio y cubrir las necesidades que puedan surgir a partir de un estudio de perfil de cliente.
Una de los principales retos que se tienen son contar con pocos espacios y más de una actividad a realizar en él. Tal es como un estudio tiene la función de “área de estudio” por las mañanas y tardes, “cine en casa” los sábados por la noche, entre otras. Una excelente solución es la iluminación inteligente.
La iluminación inteligente “enfría” o “calienta” las emociones
Una iluminación inteligente nos permite crear diferentes programaciones y ambientes, además de poder elegir diferentes colores y tonalidades de luz. Así, podemos cambiar de una luz cálida a un blanco frío y después a nuestro color favorito.
Lo cierto es que nuestro cuerpo reacciona de acuerdo con los colores que tenga en su entorno. Causando emociones en las personas, por ejemplo, ¿qué sensación nos genera un amanecer? Los colores amarillos y azules del cielo van estimulando nuestro cuerpo poco a poco hasta darle la suficiente energía para comenzar el día.
Por otro lado, ¿qué sensación nos genera un atardecer? La combinación de colores entre naranja, rosa y amarillo, nos dan tranquilidad, paz y nos relajan incluso después de haber tenido un pesado día de trabajo.
Estos escenarios los podemos recrear con iluminación inteligente en el hogar, sensibilizarnos por medio de iluminación inteligente con nuestro cuerpo y mente. Y así, poder tener una mayor productividad o conciliación de sueño, además de unos espacios más dinámicos y ¿por qué no? ¡Más divertidos!